Educación
Diagnóstico

Educación de calidad

    Las nuevas tecnologías, como base del desarrollo, se imponen como retos en el mundo globalizado, estas conducen a la necesidad de invertir en la formación de capital humano, como elemento fundamental y determinante para elevar la competitividad y eficiencia del sector productivo nacional y para fortalecer los valores fundamentales de la sociedad y el desarrollo integral del individuo. La política educativa, por parte del Estado, debe cimentarse en objetivos a largo plazo, en aras de fomentar el desarrollo integral en un plano de igualdad de oportunidades y en procura de cerrar las brechas existentes en la calidad de la educación que reciben los estudiantes de las escuelas urbanas frente a las rurales y entre la educación pública y la privada.

    En ese contexto, los esfuerzos nacionales han conducido a mejoras en el sistema educativo, visualizados por la evolución favorable de los principales indicadores. Sin embargo, persisten aspectos de la educación que requieren especial cuidado, por ejemplo, aumento del trabajo infantil, de la violencia en los centros educativos, la deserción y la repetición.

    En Costa Rica1/, las políticas en favor de la educación, ejecutadas a lo largo de los últimos años, han hecho que el nivel de instrucción de la población mayor de 5 años venga en aumento. Un 89.6% ha recibido algún tipo de educación primaria o superior y un 11.7% tiene educación universitaria. Esas cifras se comparan, en ese mismo orden con las de 86.2% y 6.8% que resultaron del Censo de Población del año 1984.

    En términos generales, de acuerdo con el reciente Censo Nacional de Población, al finalizar el año 2000 poco menos de la cuarta parte de la población costarricense (23,6%) se encontraba desarrollando los programas de la educación formal en I, II, III Ciclo y Educación Diversificada. Esa participación se compara con la de 21,5% en 1990. Asimismo, la población estudiantil, al cierre del curso lectivo del año 2000, supera en 34% la existente a fines de 1990. Entonces, se observa una tendencia muy regular de crecimiento anual (tasa geométrica del 3,0%) mayor a la de la población nacional (2,25%) de la población2/.

    Por otro lado, de acuerdo con los datos del mismo Censo, la tasa de alfabetismo en el año 2000 fue del 95,2%, comparable con la de 93% del Censo de 1984. En esa evolución se reconocen los esfuerzos a nivel nacional para universalizar la educación mediante programas que favorezcan el aprendizaje de la lectura y escritura de la población adulta. A nivel de primer y segundo año de primaria, desde 1995, la población que accede a las instituciones educativas, con la edad oficial para cursar esos años, es prácticamente la población con edad entre siete y ocho años, situación que naturalmente repercute en la tasa de alfabetización.

    Los esfuerzos por difundir los programas educativos en el territorio nacional se han reflejado en el hecho de que en solo 10 cantones la tasa de analfabetismo fue mayor del 10%, pero en todos existe fuerte tendencia a la baja, lo anterior respecto de los datos del Censo de Población de 1984. Tómese en cuenta que de cuerdo con ese Censo, los cantones con más de 10% de analfabetismo eran 32. Así las cosas, la problemática del alfabetismo y su mejora se explica, por un lado, mediante la mayor accesibilidad de la población con edad superior a los 5 años a los programas educativos, al extenderse continuamente a nivel nacional la preparatoria (de 5 años y medio a 6 y medio), el efecto de los programas de escuelas nocturnas y el de Aula Abierta en I y II Ciclos, este último en ejecución con mucho éxito desde el año 2001.

    Considerando lo anterior y en el marco de las políticas estatales del corto, mediano y largo plazos, hay dos factores de carácter demográfico estratégicos por considerar. El primer factor se refiere a la existencia de un numeroso contingente demográfico que se encuentra hoy entre los 5 y los 20 años de edad. Como se señala en el Censo de Población del 2000, esta es la generación de relevo de los próximos 20 años, que constituye un bono demográfico que la sociedad costarricense debe aprovechar. (Estado de la Nación, Informe 7). Aunado a este factor, ha disminuido la importancia relativa de los menores de 30 años y ha aumentado el peso de los grupos por encima de esa edad.

    Los cambios en la estructura etaria de la población, de acuerdo con los últimos datos censales, modifica la relación de dependencia, es decir, la relación entre las personas menores de 15 años y de 65 años y más en relación con la población comprendida entre los 15 y 64 años.

    En el año 2000, por cada 100 personas en edad productiva hay 60 personas dependientes (en 1984 la relación era de 70 dependientes). En los próximos años esta relación será más favorable cuando ese importante contingente de población que constituye el denominado bono demográfico se incorpore a la fuerza de trabajo. 

  De acuerdo con el Informe 7 de Estado de la Nación, el "bono demográfico" está constituido por un contingente demográfico que se encuentra hoy día entre los 5 y los 20 años de edad. Es la generación de relevo de los próximos veinte años y cuyo potencial debe aprovechar el país para capacitarla y crearle nuevas oportunidades de empleo.

  Este contingente poblacional, de acuerdo con el Censo de Población del 2000, lo conforman 1.306.800 niños y adolescentes, de los cuales un 56,4% están asentados en las zonas urbanas y el 43,5% se localiza en zonas rurales.

  De la población joven entre los 5 y 19 años de acuerdo a los datos censales del 2000, un 24,1% no asiste a la educación regular en tanto que el 75,9% si lo hace.

Esta condición evidencia el gran reto educativo de potenciar la transformación de las capacidades y oportunidades en educación y capacitación laboral; asimismo, se deben crear nuevas oportunidades de desarrollo para la generación que se ubica entre los 5 y los 20 años.

Un segundo factor que debe retomar la política educativa estatal es la población de rezago, que en la década de los ochenta quedó excluida del sistema educativo. Esta población se ve reflejada en el grupo etario de 25 a 34 años que analiza el lX Censo de Población y forma un contingente demográfico de 592.490 personas, con un peso relativo de un 15,5% de la población de Costa Rica.

Un 24,5% de este segmento poblacional (145.190 personas) está asentada en las provincias de Guanacaste, Puntarenas y Limón.

Por condición de actividad, el 65,1% de esta población rezagada es población económicamente activa, (conformada en un 69,8% por población masculina y un 30,1% de población femenina). De este 65,1%, un 37,8% se encuentra en condiciones de desocupación. Del 34,8% que constituye la población inactiva en este grupo poblacional, un 88,8% es población femenina.

    Dicho contingente poblacional no tuvo oportunidad de accesar opciones educativas de manera regular y continua, ni se ha constituido en objetivo directo de la gestión estatal. En estas circunstancias, ha sido una población que no alcanza una sostenibilidad laboral, situación que contribuye al peso de una mayor pobreza en el país.

    Para la población que constituye el bono demográfico y la población adulta que quedó excluida de la gestión educativa estatal en la década de los ochenta y siguiente, se deben propiciar e impulsar nuevas alternativas educativas que les posibilite accesar empleos de calidad y mejores ingresos.

    Por otro lado, si bien persisten brechas en la asistencia escolar entre las zonas rurales y urbanas, esta ha tiende a reducirse por el efecto de la expansión de programas a nivel nacional, al desarrollo de las comunicaciones y a los programas de construcción de aulas. De acuerdo con los datos del nuevo Censo la asistencia de la población de más de cinco años a los centros educativos llegó al 33.6% en el año 2000 (28.3% según el censo del año 1984). Esa mejora se extendió a lo largo de todos los grupos de edad, destacando el de 13 a 19 años, cuyo porcentaje subió del 41.2% al 61.3%.

    El fortalecimiento del sistema de educación en áreas urbanas y rurales ha evitado que los porcentajes nacionales de repetición y deserción se deterioraran como resultado de la desmejora en la productividad económica en algunas zonas del país. En efecto, a pesar de los problemas que originó en el ingreso familiar la caída de los precios internacionales del café, la contracción del mercado internacional del banano y las consecuencias de la "marea roja" en la costa del Pacífico, los índices de deserción y repetición se mantuvieron muy parecidos a los del año 2000.

    Mientras que para la primaria, en el año 2000, el porcentaje de aprobación fue del 85%, en la secundaria ascendió al 57%3/. Precisamente, el comportamiento de este último es el que reduce el porcentaje global y equivale a una mayor acumulación en el número de aplazados y reprobados. Esta sensible disparidad en los rendimientos de primaria y secundaria puede obedecer, entre otras cosas, a factores socioeconómicos de las familias, las cuales requieren de mayor colaboración, conforme los estudiantes aumentan de edad. En esos términos, los jóvenes deben dedicar todo su o parte de su tiempo a actividades productivas.

    Las tasas de cobertura muestran valores ascendentes en los últimos tres años y alcanzan al 87,8% de la población en edad preescolar. Ese ciclo, denominado "Transición", comprende a los niños con edad de cinco años y cinco meses, a seis años, cinco meses, y es obligatorio y vinculante para padres de familia y niños. La expectativa del 100% como meta a nivel nacional se está tratando de lograr, pero se reconoce que la limitación principal es el costo del programa, en vista de que en muchos sectores rurales del país, la población de niños con edad preescolar es muy reducida. En adición, en aras de mejorar esa cobertura preescolar, desde el año 2000 se ha desarrollado un programa en las escuelas públicas para niños de cuatro años y 5meses hasta cinco años y 5 meses, denominado ciclo "Materno Infantil", de esta manera, en el 2002, se logra una cobertura que asciende al 26,4%4/.

    Además, se fortalecieron los programas que diversifican la oferta educativa en la educación general básica. Se impulsó la enseñanza del inglés, la informática educativa, la telesecundaria y se renovaron los planes de estudio en educación técnica. A las escuelas unidocentes, con matrícula superior a los 35 estudiantes, se les asignó un segundo docente, lo que hace posible que en muchas de estas instituciones aumente la jornada diaria escolar. También, mejoraron los índices de rendimiento en las pruebas nacionales, tanto de noveno año como de bachillerato. Asimismo, se reestableció la nota de conducta.

    El porcentaje de matrícula en primaria con acceso a segunda lengua llegó al 52,10% en el año 2002. Congruente con el crecimiento de la población estudiantil, el número de instituciones y servicios educativos en educación regular se incrementó en un 53,5% en los últimos diez años. También, se impulsaron los Institutos Profesionales de Educación Comunitaria (IPEC) y los Centros Integrados de Educación de Adultos (CINDEA). Se introdujo la Educación Cívica como asignatura en todos los niveles.

    Respecto al número de docentes, se ha registrado un importante aumento, lo que ha permitido iniciar el reacomodo del número de estudiantes en las aulas con el fin de mejorar la atención y eficiencia en la instrucción. La proporción de docentes titulados ha aumentado. En 1995 era del 73% y en el año 2001 del 85%.

Articulación de subsistemas de educación técnica

    Sobre este tema, y específicamente en el área de la educación técnica, se creó el Sistema Nacional de Educación Técnica para la Competitividad (SINETEC), como un órgano de desconcentración máxima adscrito al MEP y conformado por un conjunto de instituciones y órganos del Sector Público y privado, en coordinación con el sector productivo.

    Este sistema impulsa acciones para la eficiencia en la formación de recursos humanos técnico profesionales y promover el incremento de recursos y la capacidad científica y tecnológica vinculada al componente productivo.

    Además, destaca la importante labor de instituciones como el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Aprendizaje en materia de capacitación y formación técnica laboral. El INA en los últimos cuatro años atendió un total de 454.075 personas en diversas acciones formativas a nivel de los sectores industrial, comercio, servicios y agropecuario.

    El Ministerio de Educación ha fortalecido e impulsado la oferta técnica que brindan los colegios técnicos profesionales en todo el país vinculando su quehacer a las demandas del sector productivo costarricense. Se promovieron convenios de cooperación entre ambas instituciones y de éstas con los Colegios Parauniversitarios Estatales y el Instituto Tecnológico de Costa Rica.

    A nivel de la educación superior universitaria, un logro muy importante es la creación del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES), en un marco del acuerdo con las universidades y representantes de las privadas, a fin de establecer un proceso gradual de reconocimiento de los planes curriculares que imparten esas instituciones. Asimismo, se acordó un renovado sistema de financiamiento de la educación superior estatal universitaria, que incorpora en su metodología de cálculo el índice de precios al consumidor, la variación de la tasa de crecimiento de la población y un factor de gradualidad al crecimiento en la producción nacional interna.

    En materia de crédito educativo, el Consejo Nacional de Préstamos para la Educación ha beneficiado a aproximadamente 39.000 estudiantes costarricenses en 25 años de labores, ubicados en las áreas académicas más importantes para el desarrollo del país. El 85% de esta población corresponde a estudiantes provenientes de universidades privadas; un 14% proviene de universidades públicas y un 1% del sector parauniversitario5/ y del INA. Los estudiantes matriculados en universidades privadas, amparados por el programa de crédito educativo de CONAPE, provienen de familias de ingresos económicos medios y bajos; presentan un rendimiento académico satisfactorio y, en su mayoría, residen en los distritos de menos desarrollo relativo.

    El 85% de la población estudiantil beneficiada por el crédito educativo de CONAPE, matriculada en el sistema privado de educación superior es parte del conglomerado de estudiantes costarricenses que no han sido absorbidos por la educación superior estatal; puesto que estos estudiantes no gozan de los subsidios que brinda el Estado, mediante las universidades públicas, requieren un apoyo colateral, en este caso el crédito educativo por CONAPE.

    A pesar de los progresos en materia educativa, aún prevalecen deficiencias, limitaciones y problemas que limitan el acceso de los niños y jóvenes al sistema, así como su permanencia y éxito escolar. Entre estas se citan:

Educación técnica y formación de capital humano para el trabajo

 

1/ Datos del IX Censo Nacional de Población y V de Vivienda, realizado en el año 2000.
2/
Datos referidos por el Ministerio de Educación en revisión del Diagnóstico para el Plan Nacional de Desarrollo
3/
Cifras oficiales referidos por el Ministerio de Educación.
4/
 Cifras oficiales referidos por el Ministerio de Educación.
5/ 
 Educación Superior Parauniversitaria Estatal: Colegio Universitario de Alajuela (CUNA) , Colegio Universitario de Puntarenas (CUP), Colegio Universitario de Cartago (CUC), Colegio Universitario para el Riego y Desarrollo del Trópico Seco (CURDTS), Colegio Universitario de Limón (CUL) Escuela Centroamericana de Ganadería (ECAG), Centro de Investigación y Perfeccionamiento para la Educación Técnica (CIPET)

              

 

 


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