Agropecuario
Diagnóstico

    A partir de la década de los años 1980, Costa Rica experimentó un proceso de cambio en el Sector Agropecuario, sustentado en dos ejes centrales: los programas de ajuste estructural y la estrategia de promoción de exportaciones, que incentivó la exportación de productos no tradicionales como la piña, melón, flores y follajes. Paralelamente, los productos tradicionales como el el café y banano experimentaron problemas de precios y mercado, que les restaron rentabilidad a estas actividades, pues pasaron de representar el 56% de las exportaciones en 1980 al 14% en el año 2001.

    Actualmente, el Sector Agropecuario se encuentra sustentado en un modelo que se caracteriza por la protección arancelaria, un incremento moderado en la productividad, y productos de exportación con un bajo valor agregado y un esquema de precios bajos, situación que ha llevado al Sector Agropecuario a una pérdida de dinamismo, tal como se demuestra en estadísticas como las del aporte al PIB, el cual pasó del 11,5% en 1995 al 10,7% en el 2001. Esta situación ha repercutido en la generación de empleos, que pasó del 21,6% en 1995 al  15,6% en el 2001.

    Los principales productos tradicionales de exportación han reflejado también esta tendencia a la desaceleración, su aporte a las exportaciones totales se vió reducido, al pasar del 34,2% en 1995 al 14% en el 2001. Esto se explica por los bajos precios internacionales, resultado de un incremento en la oferta agrícola y en la productividad. Esta última, si bien se ha incrementado en nuestro país, ha sido muy inferior a la experimentada en países desarrollados; como lo demuestran las cifras del Banco Mundial para el período 1995/1997 ($ dólares constantes de 1995), la productividad agrícola se ubica en $4.600 anuales, mientras que para 1999 fue de $5.200. Si bien Costa Rica se encontraba en 1999 en mejor posición que el resto de los países centroamericanos, (con $5.200 por trabajador agrícola), estaba 7 veces por debajo de la obtenida por Canadá ($35.800), 8 veces por debajo de los EEUU ($42.000) y 10 veces por debajo de Dinamarca ($56,300).

    Otro elemento que refuerza la necesidad de potenciar un mayor crecimiento de la productividad agrícola, es la medición con base al cambio en el valor agregado, (véase cuadro), cuyos datos reflejan que si se ha incrementado, ha sido a niveles menores que los de los países desarrollados.

  Este menor crecimiento está abriendo brechas reales de competitividad, poniendo a Costa Rica en desventaja en muchas de las actividades. Durante la década de 1990, el incremento en el valor agregado por trabajador agrícola fue de US$1.400, si bien el más elevado obtenido en Centroamérica, muy inferior a los obtenidos en los países de Europa occidental, que fue entre US$10.000 y US$25.000.

CUADRO 1: CAMBIO EN EL VALOR AGREGADO POR TRABAJADOR AGRÍCOLA.   EN MILES DE US$ de 1995. PAÍSES SELECCIONADOS.
PERÍODO 1990-1999

País

% del PIB Agrícola

Dinamarca

25,3

Holanda

19,8

Francia

18,8

Australia

7,9

Nueva Zelanda

3,9

Costa Rica

1,4

Guatemala

0,2

Nicaragua

0,6

El Salvador

0,0

Honduras

0,0

Fuente: Luis Figueroa y Víctor Umaña en: "Los Retos de la política comercial y de la Agricultura en Centroamérica:  Elementos para discusión". INCAE Junio 2002. World Development Indicators. Banco Mundial.

    Para continuar con el mejoramiento en la productividad, se requiere incrementar sostenidamente el gasto en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB, que en nuestro país es tan solo de 0,37%, mientras que en los países desarrollados no es menor al 3%. En este sentido, el país viene dando pasos importantes, como lo es la creación del Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), como apoyo al sector en materia de investigación y transferencia de tecnologías.

    Este mayor incremento en la productividad ha promovido un cambio en la estructura de generación de empleo del Sector. Datos para 1991 reportaban un peso relativo del 25,5%; para el 20011 fue del 15,6%, registrando una caída de 10 puntos porcentuales, es decir, 24.000 empleos menos. Por lo tanto, el país se traslada poco a poco de un esquema de producción agrícola a uno agroindustrial, industrial y de servicios, con el consecuente desplazamiento de trabajadores de un sector a otro. Tal es el caso, por ejemplo, de los productores de café y granos básicos:

    En lo relativo a los precios internacionales (en términos reales) de los productos agropecuarios que han tenido mayor protagonismo en la economía costarricense, se detecta una importante reducción con respecto al nivel vigente en 1960. Como se muestra en el siguiente gráfico, estos productos actualmente se encuentran a la mitad del nivel vigente en 1960"2/.  La tendencia de largo plazo es claramente decreciente y nada parece indicar que esto vaya a cambiar de manera significativa en el futuro cercano; todo lo contrario, pareciera indicar que los precios bajos vinieron para quedarse. Por consiguiente, se requiere ejecutar acciones enfocadas a combatir los efectos de la caída en los precios internacionales de los principales productos de exportación como: café, banano, carne y azúcar, promoviendo una su mayor competitividad de los mismos.

GRÁFICO 1: PRECIOS INTERNACIONALES A LA BAJA
(1960=100%)1960-2000

 

Año

Banano

Café arábica

Azúcar

Carne

Arroz

Maíz

Frijol

1960

100

100

100

100

100

100

100

1970

95

102

100

146

97

111

105

1980

76

108

267

108

110

83

93

1990

78

44

85

72

52

52

56

2000

61

43

55

54

39

42

47

Fuente: INCAE. World Development Indicators. Banco Mundial, 2001.

    Paralelamente a la caída de los precios, los productos agrícolas mantienen aranceles superiores a los demás productos (13,7% frente a 4,9% del sector industrial). A pesar que la tendencia ha sido el establecimiento de una política comercial de mayor apertura mediante la baja significativa en los aranceles (ya que para el período 1995/2001, el país pasó de un 11,7%3/ de arancel promedio a un 6,1% en la totalidad del universo arancelario, realizando disminuciones en todos los capítulos del sistema armonizado), esta no ha sido suficiente, pues el nuevo modelo de desarrollo obliga a que el sector agropecuario no continúe basando su subsistencia en la protección arancelaria sino en una mayor productividad, un mayor valor agregado, el aprovechamiento de nichos especializados de mercado y el desarrollo de ventajas competitivas.

Hacia un nuevo modelo de desarrollo

    El desarrollo hacia futuro debe basarse en una economía más abierta, en la que el Sector Agropecuario se someta a una mayor competencia que impulse la generación de esquemas de producción más integrados, productivos y con un mayor valor agregado. Con tal propósito, el objetivo principal de la política comercial costarricense será promover, facilitar y consolidar la integración del país con la economía internacional (véase acápite sobre apertura comercial). Para alcanzar estos objetivos, el Gobierno de Costa Rica aplica una serie de instrumentos en forma concomitante, que incluyen la participación en el sistema multilateral, la profundización de la integración regional, la negociación de acuerdos comerciales, la inversión y la reactivación del proceso de apertura económica.

    El ingreso de Costa Rica al Sistema Multilateral de Comercio y en general a su esquema de apertura (incluyendo las negociaciones específicas con países determinados), ha tenido un efecto dinamizador de la oferta exportable, a la vez que ha servido para ampliar los mercados meta de las exportaciones agropecuarias. Los productos no tradicionales ya disfrutaban de acceso privilegiado a mercados como el estadounidense y el europeo, mediante esquemas arancelarios preferenciales como la Iniciativa para la Cuenca del Caribe o el Sistema Generalizado de Preferencias; sin embargo, es claro que existe un condicionamiento implícito para países como el nuestro, relacionado a la interacción con el Sistema Multilateral de Comercio y los niveles de apertura general de la economía. Desde este punto de vista, los nuevos compromisos asumidos a partir de 1995 se ven como un elemento facilitador del acceso privilegiado a estos mercados. Entre estos productos se encuentran las plantas ornamentales, el melón, la piña, las raíces, los tubérculos y el atún.

    En materia de apoyos internos a la agricultura, las nuevas disciplinas introducidas a partir de 1995 no restringen en lo absoluto la ejecución de las políticas estatales de apoyo a la producción, dado que, de conformidad con el Anexo II del Acuerdo sobre la Agricultura, la inmensa mayoría de ellas se ubican bajo la denominación de disciplinas de "caja verde", de modo que no experimentan limitaciones en su ejecución o en los recursos que se les pueden destinar a las mismas. No obstante, el país se reservó la posibilidad de hacer uso de disciplinas de "caja ámbar" (con efectos en precios al productor o comerciales). Este esquema se encuentra todavía sujeto a reducción en cuanto a los posibles montos asignados pasando hipotéticamente de US$18.2 millones en 1995 a US$15.9 millones en el año 2004; sin embargo, el país ha optado por direccionar sus recursos hacia las disciplinas "verdes" (asistencia técnica, investigación, capacitación de productores, apoyo en comercialización, infraestructura, servicios fito y zoosanitarios y otros).

    Por decisión unilateral, el país cesó el otorgamiento de incentivos fiscales vía contratos de exportación y certificados de abono tributario, a partir de diciembre del año 2000, considerando que estos beneficios ya habían cumplido su ciclo de apoyo a la diversificación de nuestra oferta exportable. La constante hasta la fecha ha sido excluir de los tratados de libre comercio negociados, productos considerados sensibles como papa, cebolla, lácteos, carne de ave y azúcar.

    En síntesis, se puede asumir que los resultados globales del proceso de la apertura comercial han sido positivos, en la medida en que el proceso ha servido para posicionar una oferta exportable más dinámica en otros mercados, a la vez que ha permitido a la agroindustria y a los consumidores acceder a materias primas o alimentos básicos en mejores condiciones de precio.

1/ Metodológicamente, ambas encuestas no son comparables, sin embargo, los datos referencian muy bien lo que se ha venido dando en empleo en el Sector.
2/ Luis Figueroa y Víctor Umaña, "Los retos de la Política Comercial y de la agricultura en Centroamérica: Elementos para la discusión", INCAE, Costa Rica, 2002
3/ Tomado de: "Examen de las Políticas Comerciales en Costa Rica". En Informe del Gobierno. COMEX. Abril de 2001.
4/ Inversión recomendada por la ONU para países en desarrollo.

 

 

                  


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