Población migrante
Diagnóstico

 

    En el transcurso de la historia y sobre todo en los últimos años, Costa Rica ha experimentado la afluencia masiva de extranjeros de diversas nacionalidades, principalmente nicaragüenses, que por razones políticas o económicas deciden venir a este país en busca de mejores condiciones de vida y seguridad personal.

    La información del Censo 2000 permite confirmar que durante las últimas dos décadas del siglo XX la inmigración internacional contribuyó a incrementar el tamaño de la población. De acuerdo con los resultados, la población nacida en el extranjero y residente en el territorio nacional es de 296.461 personas, lo que representa un 7,8% de la población total: el 50,4% son hombres, y 49,6% son mujeres.

    Esta población inmigrante procede en su mayoría (88%) de cinco países: Nicaragua (226.374), Panamá (10.270), Estados Unidos (9.511), El Salvador (8.714) y Colombia (5.898).

    El incremento de los inmigrantes, y en especial de los nicaragüenses, explica por qué la tasa de crecimiento intercensal de la población del país, en el período 1984-2000, fue mucho mayor que la esperada de acuerdo con la tendencia histórica y el crecimiento vegetativo. La tendencia al aumento de la población de origen colombiano se incrementa casi cuatro veces con respecto al año 1984.

    La distribución socio-espacial de la población migrante está concentrada en el Área Metropolitana; la segunda concentración más importante comprende los territorios de la Zona Norte, que más abarca toda la región fronteriza con Nicaragua. Un 40% de los solicitantes de residencia se identificaron como habitantes del Área Metropolitana; las mayores concentraciones de inmigrantes se encuentran en zonas marginadas de la ciudad de San José (La Carpio, Pavas, León XIII, Hatillo, San Sebastián) y otros cantones periféricos como Alajuelita y Desamparados.

    Este perfil demográfico indica una mayor demanda de empleo, servicios básicos como salud, educación, vivienda y otras necesidades que esta población necesita resolver.

    La población migrante incursiona en un segmento importante de actividades ocupacionales del mercado de trabajo, principalmente en los sectores agrícola, comercio, servicios y construcción, entre otros. En 1984, un 42% de los inmigrantes (sobre todo nicaragüenses) se ocupaba en agricultura; ya en 1997 solamente participaba en esta actividad un 21%.

    Hay un notable incremento en la población nacida de padres migrantes (12,3% del total de nacimientos en 1999). Atender los problemas de la salud reproductiva de las mujeres migrantes es uno de los retos que el Sector Salud está enfrentando.

    El desafío será diseñar un sistema de migración que permita a Costa Rica contener el movimiento ilegal, pero al mismo tiempo impulsar migraciones que permitan el desarrollo económico y social de la nación. Además, deberá hacer cumplir los derechos que tienen todos y cada uno de los migrantes en sus diversos ámbitos, especialmente en el tema de los derechos laborales.

    La legislación deberá permitir que Costa Rica gestione una migración ordenada en el mejor de los intereses de los costarricenses y de los extranjeros que habitan y comparten el territorio nacional.

    Las políticas relativas a la inmigración deben abordar la migración como una realidad social actual y constituyen un desafío al desarrollo de nuestro país.

 

              

           


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