Mujeres
Diagnóstico

 

    Costa Rica, mediante el esfuerzo de diferentes actores sociales, ha avanzado en la búsqueda de la igualdad y equidad de género.

    En el ámbito institucional, el avance para establecer e institucionalizar políticas públicas de género, así como el fortalecimiento y la modernización del marco legal que enmienda situaciones históricas que marcaban desventajas económicas y sociales para las mujeres, son dos de los logros que hoy día permiten, si bien es cierto no dar la lucha por acabada, mirar con mayor claridad el camino por recorrer, consolidando lo alcanzado y propiciando las acciones para enfrentar retos que posibiliten una sociedad más equitativa entre hombres y mujeres.

    Demográficamente, según el Censo del año 2000, en Costa Rica la mitad de la población son mujeres; el 41% oscilan entre 0-19 años de edad y el 49% están en edad reproductiva, es decir, oscilan entre 15 y 44 años de edad. Además, por el proceso mismo de envejecimiento de la población costarricense, aunado a que la esperanza de vida de las mujeres es cada vez más alta, es necesario contemplar las diferencias entre las necesidades e intereses desde la diversidad de los distintos grupos etarios de mujeres -no solamente desde el punto de vista de las necesidades, y con ello acciones asistenciales- sino del empoderamiento con el fin de que se asuman plenamente los derechos y así exigir y demandar su cumplimiento con plena conciencia de estos.

CUADRO 1: INGRESO MENSUAL DE LA POBLACIÓN OCUPADA, 2001
-EN COLONES-

Zona

Total

Hombres

Mujeres

Costa Rica

126.753

136.915

107.987

Urbano

148.370

166.408

121.944

Rural

92.477

99.097

72.122

FUENTE: INEC. Encuesta de Hogares.

    Respecto a la condición laboral, persisten desequilibrios. Según la Encuesta de Hogares en el año 2001, del total de población ocupada un 35% son mujeres, en su mayoría están ubicadas en las ramas del comercio y la reparación (18,5%), industria manufacturera (15,7%), enseñanza (11,1%) y en servicio doméstico (13%). Según grupo ocupacional, el mayor porcentaje (27,5%) se encuentra en ocupaciones no calificadas, lo cual, aunado a un desempleo abierto de una tasa de 7,6, casi tres puntos por encima del desempleo de los hombres, nos dan un panorama de desigualdad, situación que se evidencia más abiertamente al comparar los datos de ingreso mensual de las personas ocupadas según sexos.

CUADRO 2: PERSONAS OCUPADAS EN PUESTOS DIRECTIVOS,
SEGÚN SEXO, 2001

     

Total

sector público

sector privado

Total

37.149

10.548

26.601

Hombres

27.729

6.525

21.204

Mujeres

9.420

4.023

5.397

FUENTE: INEC. Encuesta de Hogares

    Aunado a lo anterior, las mujeres representan casi la mitad de las personas ocupadas como profesionales técnicas, aunque, de acuerdo con la Encuesta de Hogares, desempeñen poco menos de la tercera parte de los puestos directivos.

    Esta desventaja de las mujeres a nivel laboral no tiene asidero en las condiciones de educación formal, porque hay más mujeres que hombres en todos los niveles del sistema de educación formal, desde la primaria hasta la universitaria, y su tasa de escolaridad promedio es superior. Es decir, en este ámbito no hay desventaja femenina, pero sí es evidente la necesidad de fortalecer la capacitación técnica laboral femenina en actividades no tradicionales y con ello crear las condiciones para que se integren al mercado laboral en actividades más remunerativas que fomenten el crecimiento económico, especialmente las mujeres jefas de hogar. Las estadísticas nacionales señalan que en el área urbana, uno de cada dos hogares en extrema pobreza está jefeado por mujeres.

    Paralelamente a las características laborales y de pobreza señaladas, hay una serie de variables asociadas a estas condiciones, como lo es el alto porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio, que corresponde al 53,5% del total de nacimientos en el año 2001, de los cuales el 55% no tuvo padre declarado. Además, una proporción creciente de los nacimientos se da en madres menores de 19 años (20% en el 2001). Todo ello genera una cantidad considerable de mujeres jóvenes que se convierten en jefas de hogar, muchas de ellas sin ningún apoyo, lo cual limita sensiblemente no solo sus oportunidades de desarrollo personal, sino también las de sus hijos e hijas.

CUADRO 3: CASOS ATENDIDOS POR LA DELEGACIÓN DE LA MUJER 1999-2001

Año

Total casos

1999

5.188

2000

4.837

2001

5.403

FUENTE: INAMU 2002.

    Otro importante e insoslayable desafío que tiene la sociedad costarricense y por ende el Gobierno de la República, es la erradicación de la violencia intrafamiliar. La garantía de vivir una vida sin violencia, especialmente en el seno de la familia, es un ideal al que debe aspirarse.

    Los gobiernos anteriores han puesto la violencia contra las mujeres como tema en sus agendas y con ello se han ejecutado acciones importantes y creado marcos legales que apuntan en la justa dirección de reivindicación de derechos; sin embargo, aún persiste la dispersión de acciones que frenan el desarrollo sistematizado del quehacer institucional. Se carece de las condiciones legales para penalizar la violencia contra las mujeres y la obligatoriedad de las diferentes instancias públicas para la prevención y atención de las víctimas de este flagelo humano. La Delegación de la Mujer del Instituto Nacional de las Mujeres atendió un total de 15.428 casos durante el período de 1999 a 2001.

 

 

                           


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