Panorama social

 

Introducción

    Las reformas realizadas en las últimas dos décadas le permitieron al país superar la crisis de inicios de la década de los años ochenta y retomar la senda de desarrollo social.  La tasa de desempleo abierto disminuyó desde un 9 por ciento en 1983 hasta un 5,7 por ciento, en promedio, en los últimos años.  Esta es una de las tasas de desempleo más bajas en Latinoamérica, a pesar del crecimiento demográfico y de la inmigración.

    En lo relativo a salarios, las transformaciones en la economía nacional han permitido un crecimiento real en los salarios mínimos, superando hoy los niveles existentes antes de la crisis de los años ochenta, particularmente a partir de los años noventa, donde ha mantenido una tendencia sostenida al crecimiento.

    Al ser Costa Rica un país comprometido con el desarrollo humano, mantiene una política pública enfocada en el acceso universal a los servicios básicos, definidos como salud, agua potable y depósito de excretas, educación y vivienda.   A través de la provisión pública de estos servicios el Estado forma una red de seguridad social que asegura el bienestar de las familias y sirve de instrumento básico en la lucha contra la pobreza y favorece la movilidad social, todo lo cual le ha permitido al país y a sus habitantes, acceder a nuevas capacidades productivas y generar la atracción de inversiones.

    Esta gran política social le demanda al Estado la inversión de importantes recursos, que se incrementaron del 16,4 por ciento al 19,0 por ciento el período 1994-2000, en relación con el PIB. La composición de esta inversión social refleja un interés claro del Estado en la asistencia social, siendo la salud y la educación los elementos fundamentales para el mejoramiento de las condiciones de vida de todos los costarricenses.  Con respecto al PIB la proporción de los recursos en el período 1994-2001 pasa en asistencia social de un 5,3 por ciento al 6,4 por ciento, en salud crece en ese período de un 4,8 por ciento hasta un 5,5 por ciento y los recursos asignados a la educación se incrementan desde un 4,3 por ciento hasta un 5,2 por ciento.

 

COSTA RICA: INVERSIÓN SOCIAL COMO PORCENTAJE DEL PIB
Período: 1994-2001

SECTOR

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Educación 4,3 3,8 4,4 4,4 4,5 4,1 4,7 5,2
Salud 4,8 4,6 4,8 4,6 4,8 4,7 5,0 5,5
Asistencia social 5,3 5,1 5,4 6,1 5,9 5,5 6,0 6,4
Vivienda 1,8 1,6 1,9 1,6 1,6 1,5 1,5 1,7
Otros 1/ 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,2
Total 16,4 15,3 16,7 17 16,9 15,9 17,3 19

                        1/ Incluye servicios recreativos, culturales y religiosos.
                        FUENTE: MIDEPLAN

    Este gran esfuerzo se ve recompensado con la calidad de vida de los costarricenses y por los indicadores de salud y educación que muestra el país.

 Desarrollo Humano 

    La política social del Estado costarricense a lo largo de los años se ve reflejada en la posición que ha ocupado nuestro país en lo referente a desarrollo humano.  Tanto es así, que se le ubica como un país de desarrollo humano alto.  Esta ubicación se ha debido a los logros alcanzados en salud, educación y en la distribución de la riqueza, y se demuestra en las tendencias del Índice de desarrollo humano:

 

TENDENCIAS DEL ÍNDICE DE DESASRROLLO HUMANO

ÍNDICE DESARROLLO HUMANO

1975

1980

1985

1990

1995

2000

COSTA RICA

0,745

0,769

0,770

0,787

0,805

0,820

                       Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2002. PNUD.

    Costa Rica muestra desde 1960 un índice de desarrollo humano que lo ubicaba muy por encima de los países menos adelantados y sobre los países en desarrollo.  Sin embargo, a partir de mediados de los noventa el país se estanca ¾manteniéndose siempre entre los de más alto desarrollo¾. A pesar de las diferencias en la metodología utilizadas, lo relevante es valorar la posición del país frente a los conjuntos de países.

Índice de desarrollo humano

     1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Valor del IDH 0,916 0,876 0,842 0,852 0,848 0,883 0,884 0,889 0,889 0,801 0,797 0,82
Posición en IDH 28 40 42 42 39 28 31 33 34 45 48 43

FUENTES:
PNUD. Informe sobre el Desarrollo Humano 2002. PNUD
Estado de la Nación. 7 Informe, 2000.

    Por ello, es necesario reelaborar las políticas públicas desde una nueva perspectiva, que nos permita avanzar en el desarrollo de nuevas capacidades productivas, especialmente en el caso de la educación y en el fortalecimiento de la salud pública.

 Salud

 

    Costa Rica, desde la década de los cuarenta del siglo pasado, apostó ampliamente por las garantías sociales como base para la paz social y el crecimiento económico. Se estableció en la Constitución Política a la Caja Costarricense de Seguro Social como ente encargado de velar por los servicios de salud y de previsión social, a través del seguro del Régimen de enfermedad y maternidad  (REM) y el seguro del Régimen de invalidez, vejez y muerte (RIVM).  Esta estrategia se ha mantenido y se fortalece con la reforma en el sector salud que traslada todo el proceso de atención a la Caja Costarricense de Seguro Social y deja la rectoría del sector salud al Ministerio de Salud.  Además, con la aprobación de la Ley de Protección al Trabajador se viene a fortalecer tanto el RIVM y el no contributivo con la creación de un segundo pilar obligatorio, dándole sostenibilidad al sistema de previsión social.

    Por otra parte, para lograr un mayor y mejor acceso de la población a los servicios de salud, a mediados de la década de los noventa se inicia la ejecución de los Equipos básicos de atención integral (EBAIS), como un mecanismo para acercar y descentralizar los servicios de salud.

    Como resultado, en especial la medicina preventiva, ha logrado que la esperanza de vida al nacer aumente de 75,2 años en 1990 hasta un 77,4 años en 2001. La tasa de mortalidad infantil disminuyó desde un 14,8 por mil en 1990 hasta un 10,8 por mil en 2001, y no ha podido disminuir más debido a que en Costa Rica no se interrumpe el embarazo, aún si el feto presenta defectos físicos.

    El acceso a los servicios de salud se incrementó sensiblemente. En 1990 un 82 por ciento de la población estaba cubierta por el Régimen de enfermedad y maternidad de la Caja Costarricense de Seguro Social, para 1999 ese porcentaje era de un 89,2 por ciento; esto asegura una mejor atención de la salud pública del país.

 

                                             EVOLUCIÓN DE INDICADORES DE SALUD
                                                                           1990, 1995-2000

SALUD 1990 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Tasa de mortalidad infantil (mil) 14,8 13,2 11,8 14,2 12,6 11,8 10,2
Tasa de mortalidad general (mil) 3,8 4,2 4,1 4,0 4,1 4,2 4,2
Nacimientos con asistencia médica (%) 95,2 97,7 97,9 97,8 98,1 98,2 98,3
Población cubierta por REM (%) 82,0 86,4 89,7 88,5 89,4 89,2 87,6
Niños con desnutrición (%)1/ 4,8 3,8 4,2 4,0 3,7 3,4 3,2
Cobertura RIVM/PEA (%) 46,9 49,0 50,6 50,0 51,2 55,0 55,5

         1/ Niños menores de 6 años con desnutrición moderada o severa atendidos en los CEN-CINAI.
        FUENTE: MIDEPLAN.

Agua Potable y Saneamiento

    Asimismo, las mejoras en salud están directamente relacionadas con las mejoras en el acceso al agua potable y la disposición de excretas, cuya falta se convierte en focos de infección.  Así, en nuestro país, al menos un 94 por ciento de la población tiene acceso a agua potable, ya sea en cañería, pozo o fuente pública y un 98 por ciento cuenta con cloaca, tanque séptico o letrina sanitaria, para la deposición de excretas.

 

                                                     EVOLUCIÓN DE INDICADORES DE SANIDAD
                                                               1989, 1992, 1994, 1997, 2000

   1989 1992 1994 1997 2000
Población con agua potable (%) 93,3 93,8 96,8 94,8 93,8
Disposición de excretas (%) 98,9 99,1 98,5 99,0 98,3

                       FUENTE: MIDEPLAN

    No obstante, el crecimiento de la población urbana y el proceso de urbanización generan una fuerte presión sobre estos servicios, intensificando los problemas de contaminación de las cuencas hidrográficas y los mantos acuíferos.  En este sentido, una de las mayores debilidades del país es el tratamiento y disposición de aguas residuales, especialmente en la época de verano, donde los ríos pierden la capacidad de dilución y se evidencia aún más la contaminación proveniente de los colectores de aguas negras de las ciudades y de los procesos industriales.  Corresponde al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (ICAA) dirigir y establecer acciones de planeamiento, financiamiento y administración de estas actividades; sin embargo, la Institución presenta limitaciones administrativas y financieras para asumir la responsabilidad de evitar la degradación de los recursos hídricos.

    El resolver el problema de la contaminación se constituye, por sus graves consecuencias, en un tema de trascendental importancia para el desarrollo futuro de la población costarricense.

Educación

    A pesar de los esfuerzos y la inversión realizados en educación, en 1997 se logró recuperar el nivel de escolaridad de fines de los años ochenta y fue superado hasta el año 2000 al alcanzar un 76,4 por ciento en el III ciclo.   "Los años de educación de la fuerza laboral costarricense crecen a un ritmo mucho menor que el latinoamericano y el nivel de educación de la población económicamente activa es muy inferior al de los países asiáticos y al promedio mundial."[1]  En las condiciones internacionales actuales, estos indicadores son esenciales para mejorar la productividad y competitividad de las economías, pero además para atraer inversión extranjera directa más sofisticada y con mejores salarios.

    En este momento la pirámide poblacional del país empieza a evolucionar, donde los mayores tramos se ubican en aquellos niños y jóvenes que están ingresando a la educación primaria y secundaria.  Esto constituye un bono demográfico que se compone de un contingente de más de 1.300.000 niños y jóvenes de 5 a 20 años, de acuerdo con los datos censales del 2000.   De la educación que reciba esta población en los próximos años dependerá la evolución de la fuerza laboral y el desarrollo del país.

    Según estadísticas de la CEPAL, en América Latina, los varones que trabajan entre los 13 y 17 años, tienen 1 a 2 años menos de educación que los que no trabajan, lo cual se traducirá en alrededor de un 20 por ciento menos de ingresos mensuales durante la vida activa.  Una situación similar se presenta en nuestro país, donde muchos de los adultos pobres actuales fueron los niños y adolescentes excluidos de la educación en la década de los ochenta, debido a la crisis social y económica de aquel momento.

    Esta doble dimensión del problema educativo genera una presión sobre el sistema educativo. Por un lado, debe incrementarse tanto en calidad como en cantidad la educación formal de cara a dotar a nuestros niños y jóvenes de las herramientas básicas para integrarse a un mercado laboral que demanda trabajadores más calificados, así como fortalecer la educación técnica, como un mecanismo para reinsertar a la fuerza laboral aquellos hombres y mujeres que por diversas circunstancias no tuvieron acceso a la educación formal.

 

                                               EVOLUCIÓN DE INDICADORES DE EDUCACIÓN
                                                        1975, 1980,1985, 1990, 1995, 1998, 2000

     1975 1980 1985 1990 1995 1998 2000
Años promedio educación 1/ 5,3 n.d. 5,9 6,4 6,8 6,2 n.d.
Por centaje de PEA con educación              
Primaria completa 27,4 n.d. 31,7 33,4 33,9 31,2 n.d.
    Secundaria completa 4,8 n.d. 12,2 13,5 13,4 10,1 n.d.
Tasa bruta escolarización              
    Preescolar 28,5 39,3 52,9 61,7 70,3 80,1 82,42/
Primaria
Educación regular
107,1 104,5 99,1 102,0 107,5 108,0 105,32/
    Secundaria
Educación regular
52,7 60,9 49,6 50,5 58,4 60,2 60,92/

          1/  Para la población de 25 años y más.
           2/ 
Datos del Ministerio de Educación Pública, correspondientes a la educación regular.
         FUENTE: Eduardo Lizano, Norberto Zúñiga: Evolución de la Economía de Costa Rica 1983-1998

    Por ello, es una responsabilidad del Estado crear las oportunidades de capacitación de esta población, de cara a elevar el acceso a mejores empleos y más remunerados. Desde este punto vista, para reducir la pobreza en nuestro país, es necesario mantener e incrementar la inversión en educación secundaria, fortalecer la enseñanza técnica y la capacitación para el trabajo, especialmente en los adultos.

Vivienda

   Dentro del mismo concepto de desarrollo, el Estado costarricense se ha dado a la tarea de proveer de vivienda digna a todos los habitantes del país.  Sin embargo, los programas de erradicación de tugurios y los bonos de vivienda, no han disminuido de manera sostenible, el faltante de vivienda en el país.

 

 

    El déficit habitacional se ha incrementado de 134.478 en 1992 hasta 157.346 en el 2000, del cual dos terceras partes se concentra en la zona rural, reflejando así la tendencia de la pobreza. 

    Por otro lado, las soluciones de vivienda que actualmente se construyen representan en el corto plazo un problema de calidad de vida y de hacinamiento, especialmente en el caso de hogares pobres, los cuales están conformados por un mayor número de miembros que aquellos no pobres.  Además, la entrega de bonos de vivienda apenas compensa el faltante natural de viviendas, con lo cual no se logra disminuir de manera importante el déficit habitacional.

 

HACINAMIENTO Y DÉFICIT HABITACIONAL
Según: Zona
Años: 1986, 1989, 1992, 1994, 1997 y 2000
-número de viviendas-

ZONA 1973 1984 1986 1989 1992 1994 1997 2000
Viviendas con problemas de hacinamiento 1/  
Total 60.339 39.580 63.143 68.748 60.646 58.292 56.986 58.219
- Urbana 16.410 12.009 21.597 23.015 17.692 17.740 17.745 22.551
- Rural 43.929 27.571 41.546 45.733 42.954 40.552 39.241 35.668
Faltante natural de viviendas 2/  
Total n.d. 13.401 15.515 8.069 6.567 8.317 9.433 11.972
- Urbano n.d. 6.361 6.638 3.351 3.324 4.011 3.885 5.665
- Rural n.d. 7.040 8.877 4.718 3.243 4.306 5.548 6.307
Déficit habitacional 3/  
Total n.d. 112.107 125.051 131.494 134.478 155.659 182.559 157.346
- Urbano n.d. 37.994 45.524 41.881 41.669 48.654 55.832 56.545
- Rural n.d. 74.113 79.527 89.613 92.809 107.005 126.727 100.801

1/ En este cálculo se consideran aquellas viviendas con una relación de más de tres personas por  aposento de uso exclusivo  para dormir.En este sentido, es necesario replantear el desarrollo de la planificación urbana de manera que podamos enfrentar el crecimiento de la población desde un punto de vista integral, para mejorar la calidad de vida de todos los costarricenses.
2/ El faltante natural de viviendas es igual a la diferencia entre el número de hogares (por nivel de pobreza según zona y nivel de ingreso mensual del Módulo de Vivienda, EHPM) y el número de viviendas ocupadas.
3/ El déficit se estima considerando el faltante natural de viviendas respecto al número de hogares, más el total de viviendas malas y aquellas que presentan situación de hacinamiento.


FUENTE:  Dirección General de Estadística y Censos. Censos Nacionales de Vivienda 1963, 1973 y 1984. Encuestas de Hogares de Propósitos Múltiples.  Módulos de Vivienda y Servicios 1986, 1989, 1992, 1994, 1997 y 2000.

Empleo y Salarios

    La actividad económica, a pesar de su modesto desempeño, ha permitido mantener tasas de desempleo relativamente bajas, principalmente asociadas con una absorción de mano de obra en actividades informales y a un mejor desempeño de la economía interna.  En este sentido, la tasa de desempleo se ha mantenido en un rango que oscila entre un 5,2 por ciento y un 6,2 por ciento.

    Esta situación contrasta con las condiciones en otros países de Latinoamérica, en los cuales las cifras de desempleo han crecido enormemente, a raíz de la crisis internacional, que en el caso de América del Sur supera ya el 9 por ciento.

 

                      Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos

 

    No obstante, esta capacidad de enfrentar un entorno desfavorable, nos impone el reto de aumentar y mejorar la calidad del empleo.  Solo a través de este proceso, podremos asegurar más y mejores salarios para todos los costarricenses.

    Los salarios reales en el sector privado han mostrado una clara tendencia al crecimiento a partir de 1991, esto impulsado por una mayor apertura económica y debido al mejoramiento de la productividad del factor trabajo.  Pero, además, la remuneración de los asalariados con respecto al PIB creció desde un 44 por ciento en 1983 a un 47,5 por ciento en 1996.

 

Fuente: Banco Central de Costa Rica

   No obstante, la tendencia del Índice de salarios mínimos muestra un decrecimiento a partir del 2001.  Este es el reflejo del estancamiento del índice a mediados de 1999, lo que significa que los salarios se han mantenido relativamente constantes en ese período, con respecto al año base.  En otras palabras, el salario mínimo real no ha crecido en los últimos años.

Pobreza y exclusión

    El crecimiento económico asociado con el proceso de apertura comercial y reformas estructurales permitió disminuir la pobreza de los niveles del 30 por ciento en los años ochenta hasta un promedio de 20,5 por ciento a partir de 1994.  Sin embargo, los resultados no pueden ser satisfactorios si el proceso se ha estancado como ha ocurrido a partir de 1994; lo cual refleja un problema estructural en la lucha contra la pobreza.

    Desde 1994, la pobreza extrema ha oscilado entre un 5,3 por ciento y un 6,9 por ciento, con un promedio del 6,1 por ciento; lo cual refleja una debilidad en la lucha contra pobreza.  Un comportamiento similar se refleja en aquellos hogares que no cubren las necesidades básicas, donde el porcentaje oscila entre un 13,9 por ciento y un 15 por ciento; sin una tendencia a la disminución en estos años.

EVOLUCIÓN DE LA POBREZA A PARTIR DE ESTIMACIONES
DE ENCUESTAS DE HOGARES 1/
Según condición de pobreza de los hogares y zona
Período 1994-2001

            CONDICIÓN Y ZONA

1994 1995 1996 1997 1998 1999a 2000 2001
Total hogares con ingreso conocido 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hogares pobres 20,0 20,4 21,6 20,7 19,7 20,6 21,1 20,3
Extrema pobreza 5,8 6,2 6,9 5,7 5,3 6,7 6,4 5,9
No satisfacción necesidades básicas 14,2 14,2 14,7 15 14,4 13,9 14,8 14,4
Hogares no pobres 80,0 79,6 78,4 79,3 80,3 79,4 78,9 79,7
 
Hogares urbanos 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hogares pobres 15,5 16,1 17,1 16,3 16,1 17,3 17,5 16,9
Extrema pobreza 3,1 3,7 4,2 3,2 2,9 4,5 4,2 3,9
Número satisfacción necesidades básicas 12,4 12,4 12,9 13,1 13,3 12,7 13,3 13,0
Hogares no pobres 84,5 83,9 82,9 83,7 83,9 82,7 82,5 83,1
Hogares rurales 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hogares pobres 23,7 23,9 25,2 24,1 22,4 23,5 24,3 25,2
Extrema pobreza 8,0 8,3 9,0 7,6 7,1 8,5 8,3 8,9
Número satisfacción necesidades básicas 15,7 15,6 16,2 16,5 15,3 15,0 16 16,3
Hogares no pobres 76,3 76,1 74,8 75,9 77,6 76,5 75,7 74,8

1/ Con ajuste metodológico realizado por la Dirección General de Estadística y Censos en 1996.
a/ Los datos del año 1999 no son estrictamente comparables con la serie anterior debido a los ajustes que realizó el INEC en el marco muestral.
FUENTE:  MIDEPLAN.

    Es en el sector rural donde se hace más evidente el problema de la pobreza.  Según las estadísticas, la cifra de hogares en pobreza extrema en esta zona duplica la proporción en la zona urbana, no solo porque reciben menores ingresos sino porque presentan mayores problemas de vivienda y acceso a los servicios básicos.  De igual manera, los hogares que no cubren las necesidades básicas son, en promedio, un 20 por ciento más en las zonas rurales que en las zonas urbanas. Estas regiones requieren del Estado acciones que les permitan integrarse plenamente a las oportunidades de desarrollo.

    Por otra parte, los hogares pobres se caracterizan por que cuentan con una proporción menor de personas con empleo, porque están constituidos por mujeres jefas de hogar, o porque sus integrantes cuentan con muy poca preparación académica.  Estos elementos deben ser incorporados efectivamente en las políticas públicas para lograr mejores resultados en los programas de lucha contra la pobreza.

Distribución de la riqueza

    A pesar de los procesos de ajuste y de transformación de la economía costarricense, la distribución de la riqueza del país se ha mantenido relativamente sin cambio.  Incluso, las disparidades entre el ingreso per cápita del primer quintil y el del resto de los quintiles han tendido a disminuir, aún cuando todavía existe mucha diferencia. La sociedad costarricense no ha desmejorado en la distribución de la riqueza, no obstante que el ingreso per cápita del quinto quintil es casi doce veces el ingreso per cápita del primer quintil.

 

                                                RELACIÓN ENTRE EL INGRESO PER CAPITA DEL
                                        PRIMER QUINTIL DE HOGARES Y EL INGRESO PER CAPITA
                                                            DEL RESTO DE LOS QUINTILES 1/
                                                                        Período 1994-2001
                                                                    PORCENTAJE HOGARES 2/

  1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
I Quintil 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
II Quintil 2,1 2,1 2,2 2,1 2,0 2,1 2,2 2,0
III Quintil 3,3 3,3 3,4 3,2 3,2 3,3 3,4 3,0
IV Quintil 5,2 5,1 5,4 5,1 5,1 5,4 5,4 4,5
V Quintil 12,6 11,7 12,6 11,9 12,0 13,2 13 11,8

1/  Esta relación se utiliza como medida del grado de desigualdad en la distribución del ingreso.
2/ 
Cada total incluye un 20 por ciento del total de hogares, ordenados crecientemente según su ingreso familiar total.
FUENTE: MIDEPLAN.

Grupos excluidos

    En nuestro país, a pesar de los avances en legislación que buscan la igualdad, se mantienen fenómenos de exclusión asociados con el género, los indígenas, la discapacidad y la edad.  Los discapacitados no cuentan con acceso efectivo a las fuentes de empleo, las mujeres son discriminadas en salario y en acceso a puestos de mando, los ancianos no pueden acceder a una vida digna dadas sus limitaciones, el 40 por ciento de los territorios indígenas son ocupados por no indígenas y tienen serias limitaciones para acceder a recursos crediticios.

    Por ello, como sociedad debemos gestar un cambio integral en la percepción del ser humano, para incorporar efectivamente a las mujeres, a los indígenas, los discapacitados y a los adultos mayores dentro de todos los ámbitos del desarrollo en nuestra comunidad.  Por ello, junto con las reformas legales y las acciones afirmativas, debemos educarnos y educar en la no discriminación, esto es educarnos y educar en la igualdad.

 Conclusión

    Se ha logrado disminuir la pobreza como resultado del crecimiento económico y su transferencia a los trabajadores a través de la disminución del desempleo, como del aumento de los salarios reales, en relación con la tasa de inicios de los ochenta.  En este sentido, se han mejorado no solo las condiciones económicas sino el acceso de los sectores más desprotegidos a los bienes y servicios provistos por el Estado; como la salud, el agua potable y la educación, lo cual ha redundado en una mejora en el desarrollo humano de nuestra población.

    No obstante, los resultados distan mucho de ser los que nuestro país requiere y puede lograr.  La gran inversión social que realiza el país no ha facilitado avances significativos en la erradicación de la pobreza, tanto en la zona urbana como en la zona rural.

    Los pobres de hoy son los excluidos de las fuentes de educación formal en décadas pasadas y es necesario que el Estado establezca políticas que le permitan a esta población incorporarse efectivamente en la fuerza laboral, de manera que mejoren sus condiciones de vida y las expectativas de sus hogares.  Además, debemos definir estrategias para incorporar a la mujer, a los jóvenes y a los discapacitados, en la fuerza laboral de manera equitativa y justa.  Las oportunidades han de ser para todos.

 

 

     


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